Cómo detectar y corregir los desequilibrios energéticos que deterioran tu calidad de vida. Dosificá el Yin y el Yang para descansar mejor, optimizar tu rendimiento intelectual y facilitar las relaciones interpersonales.
El Feng Shui es el antiguo arte chino de armonizar las energías ambientales para dar bienestar a las personas y sincronía con la Naturaleza. En esta disciplina se considera que, si el Qi (energía) que nos rodea no fluye de manera equilibrada, afectará negativamente la psiquis, el espíritu y las condiciones físicas de quienes quedan expuestos largo tiempo a su influencia. Por eso, es importante habitar espacios saludables, es decir, con buen Feng Shui, para poder sentirnos a gusto en ellos, y también para tener una vida más próspera y plena.
Uno de los pilares en los que se fundamenta el Feng Shui es la teoría del Yin-Yang, una conceptualización filosófica que explica los dos principios opuestos observables en todas las cosas y seres vivientes. Si no existieran estos polos, la materia sería un infinito indiferenciable y el devenir de la vida sería imposible. Percibimos lo Yin y lo Yang por contrastes, así como definimos lo rígido en función de lo laxo, o lo frío en relación con lo caliente, y viceversa.
Estas energías no son estancas sino mutables: lo Yin se transforma en Yang, y lo Yang contiene la capacidad intrínseca de ser Yin. No debemos dar connotaciones positivas o negativas a estos complementarios, es el desbalance entre ambos lo que resulta nocivo para la vida.
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