1 – El Pobre de Mí o Victima: Los “pobre de mí” nunca
piensan que tienen suficiente poder para enfrentar al mundo, están todo el día
quejándose de sus problemas y desgracias, siempre hay alguien a quien culpar de
su desgracia y tristeza, siempre pesimistas, atraen la atención con expresiones
faciales preocupadas, suspiros, temblores, miradas perdidas, respuestas lentas
y relatos reiterados de dramas y crisis punzantes, de este modo atraen simpatía
llevando la energía hacia ellos. Les gusta ser los últimos de la fila. Los
pobres de mi seducen inicialmente por su vulnerabilidad y su necesidad de
ayuda. Sin embargo, no les interesan realmente las soluciones porque entonces perderían
su fuente de energía.
Su comportamiento va desde convencer, defenderse, dar
excusas, explicar reiteradamente. Dejan que se los consideren como objetos, y
después se ofenden porque no los valoran y cada sugerencia que reciben de sus
amistades, bien intencionadas, es descartada con múltiples argumentos.
2 – El Intimidador: Los intimidadores logran que todos les
presten atención a fuerza de gritos, fuerza física, amenazas y exabruptos,
mantienen a todos a raya por temor a desatar comentarios molestos, rabia y, en
casos extremos, furia. La energía va hacia ellos debido a que los demás se
sientan atemorizados y ansiosos. Los intimidadores siempre ocupan el escenario.
Básicamente egocéntricos, su comportamiento puede ir desde
dar órdenes a los que están a su alrededor, hablar constantemente, ser
autoritarios, inflexibles y sarcásticos, a ser violentos.
3 – El Interrogador: Los interrogadores socavan el ánimo y
la voluntad cuestionando mentalmente cualquier actividad y motivación. Son
críticos hostiles, buscan formas de hacer sentir mal a los demás. Cuanta más
atención presten a sus errores y sus defectos, más pendiente estará usted de
ellos y más reaccionara a todo lo que hagan. Al hacer esfuerzos para probar su
valía y responderles, más energía les está enviando. Es probable que todo lo
que diga sea usado en su contra en alguna oportunidad. Son muy vigilantes, su
comportamiento puede ir de ser cínicos, escépticos, sarcásticos, fastidiosos,
perfeccionistas, santurrones, a ser viciosamente manipuladores. Inicialmente
atraen a los demás con su ingenio, su lógica infalible, sus hechos y su
intelecto.
4 – Culpador Profesional: Se encuentran siempre en actitud
de ataque, sobrereacciona y acomete verdaderas cruzadas en busca de culpables
por las situaciones que ellos mismos generan. Suelen ser verbalmente agresivos y
abusivos, y en vez de quejarse como “el llorón”, atacan hasta a sus seres
queridos. No es el mundo en contra de ellos, sino que usted está en su contra.
5 – El Distante: Las personas distantes están atrapadas en
su mundo interior de luchas, miedos, y dudas sin resolver. Creen
inconscientemente que si se muestran misteriosos y desapegados, otros vendrán a
rescatarlos. A menudo solitarios, mantienen distancia por temor a que otros
impongan su voluntad o cuestionen sus decisiones. Piensan que tienen que hacer
todo solo, no piden ayuda. Generalmente.
Su comportamiento va de no mostrar interés, no estar nunca
disponibles, no cooperar, a ser condescendientes, a rechazar, oponerse y ser
escurridizos, hábiles en el manejo de la indiferencia como defensa.
Inicialmente, atraen gracias a su personalidad misteriosa e
inaccesible.
6 – Conversador Constante: ¿Tiene amigos que tardan dos
horas en contarle que cambiaron la rueda del auto, o amigas que interrumpen un
evento familiar para narrarle la intensa conversación que tuvieron con la
manicurista o le recitan la agenda de actividades que tienen para ese día? Para
Orloff, estas personas están conectadas sólo con lo que les pasa a ellas, son
incapaces de escuchar a los demás y usan a sus seres queridos como espectadores
de sus eternos monólogos.
7 – El adicto a la yugular: Son las típicas personas que,
cuando les están contando un problema, interrumpen a su interlocutor diciendo
que la situación de ellos es peor. Ante cualquier manifestación, lo que ellos
sienten o han experimentado es mejor o más grande. Y si se trata de parejas o
amigos cercanos, suelen ser descubiertos cuando intentan echar por tierra las
aspiraciones o planes de sus seres queridos: por ejemplo, si alguien desea
comprar una casa, les recuerdan que tardarán años en pagar un préstamo; si
quieren viajar, acotan que las últimas vacaciones no funcionaron o,
simplemente, dejan entrever que la persona no es capaz de ejecutar sus deseos
porque carece de actitudes.”
Cuando estés con alguno de éstos tipos, protege tu energía y
no caigas en su vampirismo, y si te ves tú en alguna de éstas actitudes:”
despierta, obsérvate y cambia de actitud”.
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